domingo, 30 de agosto de 2009

Últimas noches de agosto

Las últimas noches de agosto
no engañan,
ya es otoño,
digan lo que digan los libros.

Pronto las hojas
gritarán esparcidas por el suelo
la derrota de los árboles,
la tristeza del que no tiene abrigo
mientras se acerca el invierno.

No queda más fuerza
sin embargo sobra tiempo,
y eso es mucho más
de lo que suele sobrar...

Pronto cumpliré años,
mientras las hojas gritan
mil derrotas más de
vivos y muertos....

Las últimas noches de agosto
no engañan...
Otoño, digan lo que digan los libros
es otoño...

martes, 25 de agosto de 2009

.

Gracias.
Y aunque nuestro momento no exista
existes tú
y yo existo también en algún universo.
Tú conmigo yo sin tí...

Gracias.
A veces las señales del cielo
me demuestran que el destino NO existe,
que la vida no miente,
y existes tú
y yo miento en alguna habitación de paredes blancas.
Tú sin mi yo contigo...

Cien mil parpadeos más,
unas cincuenta noches de llanto
y al acabar: Gracias,
por demostrarme que las personas son y están (al igual que nosotros),
que yo sólo inventé lo que no existe.

Volveremos a hablar de la maldad
con varios años encima,
después de haber despedido a odio y amor.
Hablaremos del bien y el mal como iguales,
porque iguales los ve mi mente los días impares.

Compartiremos reflexiones de años;
las historias de noches y camas
tal vez queden para otros,
pero eso no impedirá que nos amemos,
así, del modo más puro e impuro que se nos ocurrió...

Gracias.

lunes, 24 de agosto de 2009

Al menos un segundo, al menos una vez...

Échame de menos...
Al menos una vez,
al menos un segundo...

Échame de menos y
hazmelo saber,

aunque luego me eches de más,
(¡pero eso no lo quiero saber!).

Mientras todo y nada pasan,
(en ninguna parte, por todos lados)
me enfado, me enfado mucho,

y no paro de gritar cosas inconexas
y te quiero culpar,
porque en realidad

deberías echarme de menos,
pero no
ni de menos ni de más...

deberías echarme de menos,
o no deberías, pero...

Échame de menos,
al menos un segundo,
al menos una vez...

miércoles, 19 de agosto de 2009

Derrepente y de cuajo.

Te arrancaría las entrañas,
así derrepente,
derrepente y de cuajo...

y me quedaría mirando
hasta que la sangre me tiñese los pies

para dejar huellas a tu costa
mientras tú te desintegras.

¿Qué soy mala...? Puede.

Pero eso es algo que
no se puede cambiar.

Si alguna vez controlé mis actos,
cómo controlar mis pensamientos...

Tendrá que servirnos esto,
pensar que de momento no lo haré.

¡Pero! voy a pedirte un favor:
No te mueras, (¡no del todo...!),
sin haber hablado conmigo...

sábado, 15 de agosto de 2009

Los niños del pasado.

No tenemos ya nada que ver
con aquellos niños,

sólo el nombre.

Ya no compartimos el bocadillo,
ni el balón, ni las bolsas de gusanitos...

Nada tiene que ver el futuro que pensamos
con lo que ya es pasado.

Nada que ver los sueños de aquellos niños
con los que conseguimos,

pero sí con los que destrozamos.

Nada tenemos que ver ya...
Lo visto, lo olvidado...

martes, 11 de agosto de 2009

Volveremos a dormir.

Todos nosotros padecemos insomnio,
pero tranquilo amigo...
enemigo,
volveremos a dormir.

Ahogamos al ángel de los sueños
a base de orgullo,

pero volveremos a dormir
envueltos en silencio y quietud,
porque vendrá mamá a
darnos un beso y arroparnos.

Dormiremos en silencio,
pero no en paz.

Mi cuerpo tramitará el descanso
bajo la luz de la noche,
bajo la ropa de la cama
que empezó estando fría...

Todos nosotros padecemos insomnio,
pero tranquilo enemigo...
amigo,
volveremos a dormir.

viernes, 7 de agosto de 2009

Tropiezo con la tristeza.

Los tejados sólo ponen límites a nuestros pensamientos.


Caminemos juntos bajo la tarde gris,
con las manos agarradas,
pero no agarradas al abrigo
como hacíamos cuando estábamos solos...


Hoy, como siempre
pero no como todos,
tenemos los pulmones llenos de aire,


hoy nos duele el alma
porque el cuerpo está fuerte,
porque nuestros huesos aun pueden
con el peso de los años, con el paso del tiempo...


¿Qué me queda prima, amiga,
sino dar las gracias por está tristeza inútil?
Esta tristeza a la que le busco por qué,
porque esto sólo responde al inconformismo del ser humano,


humana eres tú
y también lo soy yo,


esta queja quiere decir que a mi,
aunque no sepa verlo,
todo me va bien.

Porque no hay alegría sin tristeza
porque sólo el dolor
nos hace comprender
la ausencia de él.


Porque hoy,
(aquí y por esto),
en esta tarde gris
me alegro de tropezarme contigo,
Tristeza,
y te escupo en la cara mi alegría

y mi saliva no cura,
no soy suficiente perra...

Porque hoy
(aquí y por esto),
en esta tarde gris
me alegro de tropezarme contigo,
Tristeza.


martes, 4 de agosto de 2009

Recuerda!!

¿Por qué lo había olvidado?
No lo sé,
porque siempre está ahí,
presente a cada paso
(hacia delante dos hacia atrás)

¡No sé para qué
a veces lo olvidaba...!
Con lo doloroso
que resulta recordarlo.

No volvía, no.
Jamás se había ido.
¿¡¡Cómo habría vuelto
a olvidarlo!!?