Aquí, allá retales cosas momentos de confusión partes de nada trozos de todo... Y otros apagones de la luz...
Aclaración: Esto ¡NO! es literatura, es terapia, esto ¡NO! es verdad, es terapia.
No te disfrazo secretos de palabras, cuento cosas que invento por las noches. Tú de los retales haces una vida, (y se apaga y se enciende la luz). Nunca sentí nada por tí, ráfagas de lástima y que el mundo nos apretaba (aprieta) contra el suelo, creo que lo llaman gravedad... (Y sí, yo también creo que es grave, no nos dejan volar, menos mal que en tú casa todavía podemos fumar...) Entonces cuando te conté que te echaba de menos, era mentira, o no... pero no eras tú, no a tí, pero nunca entiendes nada y te dejé creer. Para tí inventé algunas cosas y juntos, pero por separado hicimos algunos juegos de palabras y jugamos a las vidas y los aviones y nos lanzamos piedras de carbón dulce (y dulces caducados, para compensar el derroche de cariño en medio de la guerra.) Nos dejamos engañar en un intervalo de cada vida, mismo tiempo en diferente proporción. Pero no te dejes engañar, no te disfrazo secretos de palabras, sólo cuento cosas que invento por las noches.
No sé qué pasa, no sé porquemehecortadoelpelohecambiadodeperfumeporquenoestoyagobiada¡NOSÉPORQUÉABANDONOLADESPENSA...!
Y aquí estoy en un sitio tan pequeño, que cuando está apunto de desaparecer me parece enorme, me parece que está lleno de cosas, depalabrasdelibrosdehistoriasdellantoderisademiedodepoemaspegadosenelarmariodegemidosDEDESEOS...
Supongo que por todo eso (sobre todo los los puntos suspensivos), aunque me esté llendo, aunque no vaya a vivir aquí, este blog (al menos de momento) debe seguir llamándose así: VIVIENDO EN LA DESPENSA.
Por loquepasóaquíporloquepudopasaryporloquesoñamos... (sobre todo por los puntos suspensivos)
Quizá me equivoco al sentirme feliz, pero me encanta esta sensación de haber cogido las riendas.
Esta sensación de "¿dónde están las cosas que ahogaban?" Estas ganas de despertar, estas ganas de tocar todos los planes con mis manos (incluso con la lengua...)
Quizá me equivoco al sentirme feliz, pero me encanta el proceso y el cambio, esta sensación... Y haber cogido las riendas...
A veces me figuro que estoy enamorado, y es dulce, y es extraño, aunque, visto por fuera, es estúpido, absurdo. Las canciones de moda me parecen bonitas, y me siento tan solo que por las noches bebo más que de costumbre. Me ha enamorado Adela, me ha enamorado Marta, y, alternativamente, Susanita y Carmen, y, alternativamente, soy feliz y lloro. No soy muy inteligente, como se comprende, pero me complace saberme uno de tantos y en ser vulgarcillo hallo cierto descanso.
En su mirada, más envejecida por la enfermedad que por los años, se entreveían guerras inacabadas batallas vividas cada una de las veces que había abierto fuego.
Sólo podía llorar.
No estaba en paz. Por eso luchaba por vivir, para asegurarse de que su muerte fuera descanso bajo mármol tallado.
Sólo podía rezar.
Quería arrepentirse antes del final, antes de sospechar un castigo...
quería recuperar la cordura que tuvo de niño, la que le robaron con la vida de su padre.
Sólo podía llorar.
Querer no era suficiente, no alcanzaba, (casi nunca alcanzaba...) le quedaba entregarse al castigo como el pecador que todavía hoy es.