cuenta atrás.
Todos tenemos miedo al espejo;
cada arruga, surco, mancha.
Cada aviso del tiempo que pasa,
(tic-tac)
a través del reloj, de las paredes
y de cada pliegue de la piel.
Tras mis manos está la caricia inocente,
tras mis labios
el beso lascivo,
puntada sin hilo,
tic-tac,
en las paredes hay restos de miedo
y de otros fluidos.