Hazlo tú
yo no puedo.
Me pesan las manos
las piernas
y los ojos.
Los ojos,
como dos canicas de acero
resecas. Y cortan...
como puñales afilados
Y gritan... Sí.
Gritan y lloran
sin lágrimas.
Ríen sin risa y duelen
como el otoño
que llueve
pero las hojas están secas.
Hazlo tú,
yo
no quiero.
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