No estoy llorando.
Se me deshacen los ojos
de ver los horrores del mundo.
Pero no lloro,
no me duele.
Es lo de siempre
en otros rostros.
Corazón de hierro.
¡¡NO!!
Ya no tengo ningún tipo de órgano,
ni entrañas.
Tu vida me lo arrebató todo,
carne y la armadura.
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