Y así, sin preguntar,
llegaron amor y distancia
(como)
dos puñales.
Entonces Luna...
profunda (y) pensaba
(todas la noches)
en tí.
La supuse prudente
y respondió bien.
Como el agua que
mantiene limpia tu boca.
El color de mis dientes
tampoco era casualidad.
en mi cuerpo
no queda nada puro
pero mi alma está limpia
a ojos cerrados y abiertos.
Mi conciencia
me deja dormir
mejor que tus ojos
que hacen sangre en mi cabeza
y luego, la almohada
se hace apenas medio cuerpo
al que sacrificar.
Entonces como si
vivieras en mi cabeza
(y vives)
me ayudaste
a entenderlo todo
y dije adios,
con calma.
Te entiendo mejor
cuando me hablas
si no te veo
No hay comentarios:
Publicar un comentario