Y ganó el amor (propio).
la timidez.
Este cuerpo que me lleva
no me pertecence.
Es un saco de forma defectuosa
lleno de úlceras, unidas llagas...
Ganaron los malvados y
los que hacía mucho que sufrían.
Se regocijan en el dolor ajeno:
No (solo) soy yo.
Tu cuerpo... (y todo late)
no me deja pensar.
Y ganó el sentido común,
la razón.
Este cuerpo que te lleva
no me pertecene.
Ni tu cuerpo ni el mío.
No tengo nada.
Palabras. Como mucho
para susurrarte
y yo (y voy)
me callo.
Mi cuerpo (y todo llueve)
no me deja avanzar.
Ningún cuerpo me pertenece.
Nada.
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