En un último intento absurdo
me rompo en cuatro.
Y . . . ¿Qué hacer con los trozos?
Una puerta o un muro.
Quizá una ventana
desde la que saltar
y caer de pie o de cabeza.
Decidir entre gritar
y quedarme callada.
Y llenar todo
de objetos que sustituyan
a todas las personas que pierdo por el camino.
Cada día más objetos,
ya nadie
(ya nada)
cabe en mi memoria.
1 comentario:
Me encanta.
Todos coinciden en llamarlo vida...
Publicar un comentario