Alguien debería matarme,
sólo pido que no duela,
o que duela menos que . . .
Que duela lo suficientemente poco
como para dejarme gritar.
No como esto
que me mata lento.
Tanto
que
las lágrimas
forman contenedores
en las cuencas de los ojos
y
se quedan atascadas,
rotas,
y rompen por dentro
más (todavía) que . . .
Deberían haberme dejado elegir.
Jamás esto.
Jamás vida.
Adiós.
Bórrales la memoria
a papá y mamá.
Adiós vida.
Adiós
muerte.
1 comentario:
Como nube hubieras existido para bien cuando otros te miran para mal, hubieras llovido para mucha gente que desconoces y nunca hubieras sabido si pisaban tu agua contentos después, porque te hubieras dejado llevar por el viento sin mirar... igual, igual, que ahora. Llueve pero mira donde y a quien.
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