Son más de las seis. Esto es algo que se puede afirmar, sin
miedo a equivocarse, desde que uno tiene más de doce horas de vida.
La pregunta entonces es: ¿qué hacemos todos vivos?
Pues eso: vivir. Cuya definición de diccionario debería ser:
el verbo que contiene a todo el resto de los verbos.
Visto entonces que la profecía no se ha cumplido (otra vez,
o sea: ninguna) decido profetizar:
“El mundo se acabará un día en los próximos cien años” y así
elimino el mayor de mis miedos: vivir el fin del mundo.
L., el resto de tu vida podrás dormir tranquila.
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