sábado, 4 de enero de 2020

Cuento de Navidad (y otros asuntos republicanos)

—¿¡¿De dónde ha salido toda esa historia de Papá Noel?!? Llevo años, centenarios, ¡siglos! repartiendo regalos y venga con Papá Noel y con Rudolf. Y yo, Francisca Belarmina Sánchez, soy la que se encarga del tema este de las chimeneas y los regalos. Y sí, estoy casada, pero mi marido no se llama Nicolás, no es gordo, no tiene barba, no vestía de verde y blanco, ni cambiaría jamás su outfit a petición de la Coca Cola…—

Así empecé el discurso aquel día ¡maldito día! Con lo que yo disfrutaba de la Navidad; mis copitas de coñac, mis bizcochos… No había casa que no me dejase un bizcocho y coñac. Total, que cuento que no soy Nicolás, sino Francisca Belarmina y me cambian el coñac por Bayleis y en lugar de bizcocho me dejan los ingredientes y un delantal. Y no contentos con esto, la chimenea está sucia y al pie se quedan utensilios para que la limpie...¡infelices!

¿Sabéis lo que hice? Fui casa por casa haciendo bizcochos, mientras se cocían, sacaba la ceniza de las chimeneas y la esparcía por los sofás; luego me comía el bizcocho paseando por el pasillo y rompiendo trozos para repartir con Rodolfo y Pompón, (que sólo son dos y no son renos, sino unicornios). Iba pasillo arriba y abajo comiendo para que toda la casa fuese migas de bizcocho y no hubiese bizcocho más que en las migas. Por último, dejaba los regalos entre las cenizas —al fin y al cabo, uno no elige a los padres y me iba a la siguiente casa.

Ahora que lo pienso… ¡cómo disfruté esa Navidad! ¿Por qué fue la última? Mmmm… ya me acuerdo, hubo una oleada de migraciones de fidelidad desde Papá Noel hacia sus majestades los Reyes Magos, luego que se manifiesten y me hablen de repúblicas…. ¡Incoherentes!

martes, 31 de marzo de 2015

No sé dejar de quererte



Siempre son palabras de otro tiempo

ahora son futuro
que dice

amor

tú y yo no existimos
existe nosotros
una-unidad indivisible

me abrazo fuerte a la almohada mientras te pienso lejos
en otros bares
en otras bocas

y siempre mío
a pesar de las noches

a pesar de las hojas negras

Sé que mañana estaremos juntos en este piso frío
siendo el calor de la madera del suelo

tan limpio
tan sucio
tan nuestro

a través de las paredes.


No sabes
dejar de quererme.

sábado, 14 de marzo de 2015

Ocho






Casi olvido que es catorce de marzo
como todos los años
celebro O quizás lloro en silencio
de puro miedo

No sabes cuándo te vas 
pero te  vas 
pompas de jabón:
morirse el destino de todos
 de siempre
y nunca: siempre
fue
tan real.

No necesito hadas para saber
que los lunes
nunca llueve.

Llevo ochos años viva

ocho

desde el día que me he muerto.

ocho.

jueves, 5 de marzo de 2015

Irresoluble

Irresoluble 
-me dijiste.
Y evidentemente 
era verdad. Cómo puede 
tener salida 
un adjetivo imperativo. Cómo puede
tener sentido. Como...
y el estómago vacío.
Irresoluble.
Y era verdad.

jueves, 19 de febrero de 2015

Enlazo mis dedos en tus dedos. Evitamos la caída permanente



La nieve cae resuelta
sobre el calor y el miedo.

Azul y árboles
tras el pantano

martes, 17 de febrero de 2015

La espalda apoyada contra..digo...en la pared



La puerta está cerrada:
NO ENTRAR
La edad oscura,
el mensaje claro;

la niña se llama mujer
y llora,
la mujer se ve niña porque llora.
Madre e hija apoyan la espalda en la puerta, cada una
(en) una cara de la moneda, pero la puerta
no es azar.

El olor a humedad golpea paredes y rostros.

La adolescencia no puede
ser los mejores años de ninguna vida.

La niña, que es niña e hija, abre ala ventana;
el cuerpo se lanza.

jueves, 12 de febrero de 2015



Sé que todos estamos enfadados con los carteles fijados que prohíben fijar carteles.
Sé que todo el mundo espera que me reconcilie con mamá.
Sé que nadie sabe lo que hacía cuando yo apagaba los ojos.
Sé que nadie espera que la mate.
Sé que todos, sé que nadie.
Sé que se muere gente todos los días.

Mañana 
velaremos un cuerpo.