miércoles, 8 de abril de 2009

LA CARTA: ESTOS VERSOS HUELEN A CLAVELES

"Porque estos versos que te escribo
-decía la carta-
son más que una despedida:

son un corte, un punto
y final

son el fin del insomnio

son la explicación de lo del medio.
No hablan de principio ni de final.


No son historias de cama
(ni camas llenas de historias)


Porque estos versos huelen a claveles,
como los cementerios.
Huelen a impotencia.


Porque estos versos
(poeta del verso libre)
son un canto a
la mediocridad distfrazada de grandeza.


Porque son engaño y desengaño.


Porque estos versos jamás conocieron
el amor, ni lo intuyeron. No hablaron e él
(ni de ella, ni de ti ni de mi...)

Porque estos versos me queman
(y no dejo de preguntarme si pretenden herirte...)


Porque estos versos se intuyeron a si mismos,
porque no me producen tristeza,
ni pesadez ni congoja...
Porque no me hacen sufrir ni me alegran.

(Por la indiferencia
que cierra el ciclo,
sin pena ni gloria)

Por que esos versos
huelen a claveles
como los cementerios..."
Al final había escrito un nombre.

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