Y... ¡¡Cosas de la vida¡¡ Me encontré como por casualidad entre la espada y la pared, entre tu aliento y el viento.
Me quisiste hacer decidir rápido- muy rápido- dijiste. -Adios- fue mi respuesta, y te quedaste como helado, como sino no me conocieses, como si todo lo que creías que pasaba por mi mente (como si todas las certezas) se hubiesen esfumado para dar paso a una falsa ilusión. Como si yo llevase meses mintiéndote.
-Muy rápido-
Yo te dije:
-Adios-
Yo no funciono así, y pensé que lo sabías... ¡qué tonta! Pero no, te quedaste helado, no supimos dar un paso atrás, así que me dí la vuelta y di un rodeo para no llegar a casa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario