lunes, 11 de febrero de 2013

Y a veces mi almohada hace de ti. Y la abrazo.



Que no sé que me pasa,
que cuando me doy cuenta estoy,
otra vez,
imaginándome que te muerdo el cuello,
sin piedad,
en la zona de la nuca,
que te dejo una marca de dientes y amor.
De color morado.
Que te respiro,
suave.
Que nos lamemos,
enteros,
los ojos, la boca, el ombligo. . .
Que no sé que me pasa,
que cuando me doy cuenta estoy pensando en ti,
pidiéndote. . .




que me muerdas.

1 comentario:

morpheus dijo...

En la noche, cuando todas las ausencias toman vida, el hueco con tu forma entre mis sábanas es el que más me atormenta con su mudo reclamo de deseos no escuchados, de caminos sin tomar y de tiempos no vividos.