martes, 26 de noviembre de 2013

Si yo siempre había sido de despedida a la francesa. . .

Nadie llora ya.
Todo el agua se concentra en el pacífico norte.
Hace frío, está salado y tengo sed.

Eso es el resumen del otoño,
que desviste frío y dolores no llorados;
que se clava, limpio,
para luego retorcer dentro de la carne: gira.

(Cuando al besar a alguien sabes que es el último beso,
la garganta se estira,
el estómago se contrae
y los ojos palpitan dolores insoportables.
Lo trágico
es que no pasa nada.
Sólo es el principio del resto de tu vida.).

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