Materiales:
Autodestrucción (una cucharilla de postre, no de café)
Música de los 90 (o la adjunta)
Un puñal de plata
Instrucciones:
Proyectar la autodestrucción hacia arriba para que vaya cayendo lentamente.
Poner música por encima de los 100 dB.
Recitar en voz alta y de manera cíclica poemas de Alejandra Pizarnik (o de Syliva Plath, al gusto).
Tener el puñal a mano.
Esperar.
O en su defecto:
Matricularte en la carrera de matemáticas y seguir el reparto de horas semanales siguiente:
unas 65 a estar sentado con la materia,
56 a dormir,
30 a pensar en todo lo que tienes que estudiar
y las 17 restantes a desconectar.
Por último esperar.
Nota: empieza a hervir a partir del año 3.
El segundo método es más lento, pero más efectivo.
1 comentario:
Prefiero la receta sin contar horas y no parar hasta que el radio de la circunferencia no tenga nada que ver con pi... y todo sin puñales
PD: Grandísima canción ;)
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