martes, 5 de mayo de 2009

Del día que me acostumbré a la miseria humana.

Fue una tarde,
a las 7,
(como todas las cosas
que pasan por la tarde).

Fue en Madrid,
en el metro.

Minutos después un loco
me aseguró que me amaba.

Mi corazón se encogía
(pero no de ternura,
cada vez tenía
menos lugar para amar).

2 comentarios:

Zul dijo...

Sabes que te digo, que antes creía en el amor, pero vivimos en una sociedad con demasiadas cosas y sin tiempo para apreciar los pequeños detalles.
Una pena o quiza no.
Ya ves, la miseria (humana y probablemente la peor) siempre llega y para eso no hay vacunas.

besooo

Xuvia dijo...

Yo si que creo en el amor. En muy diversos tipos: desde el amor fraternal al amor propio pasando por cien mil más, pero en esta vida con querese no alcanza...!!

Y sí, hay demasiadas cosas y encima nos creemos k las necesitamos...ya ves!!!

En cuanto a la miseria humana...