lunes, 22 de noviembre de 2010

Nada de menos

Había que reconocerlo,
las clases de teatro potenciaban
la bipolaridad.

Después de pasar
de la risa al llanto
cien veces en dos horas

ya no sentía nada

no me dolía nada más que la cabeza y
no echaba de menos
nada más que el verano.

1 comentario:

David (Dé) dijo...

...cuando salgo de ensayar solo hecho de menos estar tumbado al aire libre...y nada más...