sábado, 30 de abril de 2011

Casa

Sonaba a río. A frío.
Daba mucha pena
ver todos aquellos parches.

Soluciones temporales
que se traducían en
prolongada realidad.
La miseria del siglo XXI.

Y lo tapábamos con ordenadores
con ropa y con cenas.
Con lejanía.

Si no lo pensábamos
apenas dolía la vergüenza.
Tú mentías, yo,
con tono burlesco, escupía
la realidad fingiendo que mentía.

Al menos nos quedaban
el corazón y los libros.
Las conversaciones y las peleas.

En todo aquel desastre
entre ruinas
gritos y risas
(a veces truco para esconder la tristeza)
Había mucho amor.

Miseria, crueldad y amor.

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