martes, 11 de septiembre de 2012

Verano entre bambalinas

I

Que puede 
(por ejemplo) 
acabar un verano.

No tuve tiempo a hacer un verano normal,
pero . . .

Aprendí que tengo sed, 
y sobre todo,
de qué tengo sed.

II

Tengo luz de estrellas 
o de luna. 
Depende de.

III

Nací en el barro.
Entre las piernas de mi madre
salía un bulto deforme
al que le costaba respirar.

Luego me llamaron Laura,
antes incluso de azotarme,
y envolví las noches en llanto
para castigar a los de mi alrededor,
por si acaso.

Ahí, en ese momento y
a la edad de cero años,
decidí que no tendría hijos

y llamé a mi vientre infértil,
a falta de pruebas precisas.

El resto de mi vida sería:
 jugar a ser feliz 
(o a hacer felices a otros)
a base de sonrisas.

Me pasé los días jugando;
y hubo veces
que hasta gané.


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