lunes, 26 de noviembre de 2012

Para Ana y Juan que, a pesar de ser nombres tan comunes, nunca han tenido representación en mi vida.

Me dices cosas preciosas.
Qué pena que no sean verdad.
O que alivio . . .
claro,
porque yo no siento eso por ti,
en verdad por nadie,
y, objetivamente
eso
es un marrón.

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