Te pienso lejos y comprendo
como he sobrevivido a tu muerte;
como he llorado la ausencia de mirarme dentro y no hallar nada de ti.
Todo sin cuerpo, sin funeral.
Sin despedida tangible.
Simplemente enfrentas la tristeza de lo temporal
y, cuando te das cuenta,
es definitivo.
Así, como si nada, mientras tú caminas por parques
(o lo que sea que hagas ahora),
yo
he sobrevivido a tu muerte;
me miro dentro
y no encuentro nada nuevo de ti,
en mí vives de recuerdos.
1 comentario:
Y solo alimentas alas negras en paseos solitarios de visitas inesperadas si quieres que vuelvan a tu interior de vez en cuando
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