viernes, 3 de octubre de 2014

El invierno: (parte I, septiembre y no quedan árboles)

Nadie tiene la culpa de las sombras.
Por eso me hago un ovillo en la oscuridad
y cierro los ojos.

O el frío,
¿qué somos en el letargo de los meses del frío?
Quizás rocas,
piedras desgastadas,
arena...
No recuerdo nada;
pude haber nacido hoy de la tierra.

No:
nadie tiene la culpa de las sombras.
No puedo pedirte que lleves en los hombros
el peso de mi existencia
-hojas por todas partes-
para esconder el rostro
estiro la sonrisa.

1 comentario:

Darko Wiggin dijo...

Todos bailamos con máscaras de invierno, en máxima quietud