sábado, 5 de noviembre de 2011

Miradas

-Poémame- dijo
y puso su mano
tan cerca de mi cara . . .

Es otra la mirada
que me ofrece el tiempo
de cuando fuí amapola

frágil y emborrachaba
con mi sobriedad
a terceros tercos.

Los ojos que hoy te miran
no son aquellos.
A penas coincide su color.

El cansancio acumulado
se refleja cuando miro.
Ni me atrevo

a tocarme la cara.
No espero nada ya.

Estoy sembrada
de dudas de pasado,
pero el futuro lo tengo claro:

elijo el azul . . .
y en mi casa.

Los ojos con que te miro
no son los que recuerdas
de cuando era niebla

espesa y cegaba
a segundos secuencialmente
sesgados...

No son estos (los) ojos,
ni esta (la) mirada.

No hay comentarios: