domingo, 24 de junio de 2012

"Si los espejos del salón no están rotos: lo estoy yo."

Me miro las manos
y entre los dedos tengo niebla,
y entre las uñas
ganas de arañarte el rostro,
desfigurarte.

Me miro al espejo
y en los ojos tengo ganas.
A secas.

No,
a secas no,
pero sólo tengo ganas,
pero sola
y tengo ganas.

Me miro las piernas
y en las rodillas
pesa el cansancio,
en los pies
hay heridas,

rozaduras:
el tiempo que quema,
los miles de rostros que pasan,
los pocos rostros que pesan.

Me miro el vientre,
hasta la raíz,
y entre las caderas
veo cicatrices,
sólo cicatrices:

la vida que marca,
la vida
que escapa.

1 comentario:

Darko Wiggin dijo...

La vida es cobarde,
siempre marca y escapa,
pero también te ayuda
si quieres seguir vivo en ella,
te deja cicatrices,
recuerdos
y
lecciones..