domingo, 10 de marzo de 2013

Creo que estaría bien que los peluches sintiesen, porque, reciben tanto amor. . .

Mamá me hizo una pregunta,
ya es tarde para mi,
madre.
En el infierno no hay fuego,
hay frío.

Sus ojos resecos,
que ya no sabían de lágrimas,
me miraban.

Carne de tus entrañas madre,
restos de ti,
despojos de papá.
Soy vuestro agotamiento.

1 comentario:

Darko Wiggin dijo...

Seguro que eres el agotamiento y la renovación, hasta los peluches lo saben...