Mientras estoy aquí
y así,
el resto del mundo desaparece.
Oigo el tic-tac de los relojes de cuerda de tu pared,
cuenta atrás irreversible a nuestra muerte.
Patadas al aire,
al que ya nada lastima;
gritos anudados en gargantas-llanto:
desesperación.
Mientras esto aquí
y así,
el resto del mundo se desvanece.
1 comentario:
Mozart y Beethoven se lanzaban a un acantilado de música imparable a veces, espero que tu sigas lanzándote al de las letras...
^^
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