viernes, 10 de octubre de 2008

Mi herida de guerra.

Hoy me he dado cuenta de que mi herida de guerra (que en realidad y como todas las heridas de guerra, es una cicatriz); esa que me divide el cuerpo en dos, que lo atraviesa de esquina a esquina; va poco a poco nivelándose con la piel contigua.
Aunque mantiene su tacto, esa contraria suavidad...


Este pequeño descubrimiento me hizo suponer que con el tiempo las cicatrices se difuminan...

Ahora sólo necesito que estas heridas se vuelvan cicatriz...

2 comentarios:

Zul dijo...

Dicen que la rosa de mosqueta sienta muy bien para que las cosas cicatricen mejor y si a eso le añadimos unos cuantos mimos... en unos días será difícil reconocer donde estaba la cicatriz.
¿No crees?

Besotes

Xuvia dijo...

Tienes razón con lo de la rosa mosketa, creo k tengo k ir a comprar más!!