domingo, 8 de abril de 2012

No me habías contado ninguna mentira, por eso te creí.

Los veranos hacen trampa,
me convierten
en faldas con vuelo.

Hay tantas estrellas
en mis veranos que
cuando el otoño 
llora y se desviste
apenas 
(re)conozco las farolas.

Los veranos
soplan viento cálido a las caras
y yo . . .
soy falda con vuelo.

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