miércoles, 19 de junio de 2013

"-No me pegues, ¡eh! -¿Por qué iba a sacar las manos del bolso pudiendo matar con la mirada?"

Paseo por las calles de una ciudad que me asfixia.
Grito mi nombre en cada esquina para no olvidar 
cómo me llamo ni quien soy, y descubro, en el espejo,
a una chica asustada y derrotada que me mira. 
Sus deseos de salir de ahí son tan evidentes
que golpeo el espejo; le rompo la cara y me corto las manos;
ese es, ni más ni menos, el resultado.
Lavo las heridas, me vendo las manos, me meto en la cama
y duermo, tal vez mañana sea otro día.
¡Ah! y otro día siempre es mejor que hoy:
buenas noches. . .

1 comentario:

Darko Wiggin dijo...

No me mires,
no te asfiies,
no me pegues,
reflejate,
refleja tu voluntad
y véndate, anda...
:)